México es normalmente catalogado como un hub logístico de talla internacional. ¿Qué es lo que hay detrás de esta denominación y cuáles son las regiones dentro del país que destacan por sus ventajas logísticas?
José González, Vice President Industrial & Logistics de Coldwell Banker Commercial, define a un hub logístico como un punto donde convergen vías de comunicación terrestres, marítimas y aéreas. “Es un punto donde la infraestructura permite que tanto la mercancía como las personas lleguen y partan hacia distintos lugares”. En su totalidad, México cumple con estas características, dada su extensa infraestructura carretera; sus más de 40 aeropuertos internacionales; los cruces entre México y EU que incluyen el cruce Tijuana-San Diego, uno de los más transitados en el mundo, y más de 100 entradas marítimas de excelencia entre las que destacan los puertos de Veracruz, Lázaro Cárdenas, Manzanillo, Altamira y Ensenada como los más importantes. La red de parques industriales del país juega también un papel importante en la infraestructura logística, al ser un punto de encuentro natural para las distintas vías de comunicación disponibles en el área.
Dentro de esta red de conexiones, la Zona Metropolitana de la Ciudad de México destaca como uno de los principales hubs logísticos del país, gracias a su conexión con vías férreas y carreteras al norte del país, el nivel de afluencia en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, así como acceso tanto al Pacífico como al Atlántico. Sin embargo, esta no es la única región que goza de este tipo de ventajas. “Tanto Guadalajara como Monterrey podrían considerarse hubs logísticos de un nivel similar”, destaca González.
Más allá de las grandes zonas metropolitanas, otras áreas han gozado de un importante crecimiento hasta posicionarse entre los principales centros logísticos del país. Querétaro, por ejemplo, ha crecido en importancia gracias al desarrollo industrial de la región y en parte impulsado también por la gran presencia de la industria aeroespacial en el estado. En Guanajuato, un caso de éxito a señalar es el de Puerto Interior, un parque industrial planeado y construido con participación tanto del sector privado como del sector público para poder atacar la demanda industrial de la región del Bajío con conexión carretera, férrea y aérea.
El sureste de México está aún algo relegado en términos de desarrollo logístico comparado con el resto del país. Sin embargo, González destaca la oportunidad de que centros como Mérida y Cancún puedan participar más activamente en las actividades logísticas para atender las demandas de la región. “El desarrollo del aeropuerto de Cancún y el establecimiento del aeropuerto de Tulum han fortalecido la región y dan la oportunidad a Cancún de volverse un hub logístico para la península de Yucatán”, resalta González.
Por otra parte, González señala la gran oportunidad que podría ofrecer el desarrollo del Istmo de Tehuantepec para beneficio de la infraestructura logística del país. El aprovechamiento de esta región está altamente condicionado, no obstante. “El istmo tiene un gran potencial para competir con el canal de Panamá como un cruce interoceánico por tierra. Sin embargo, es necesaria una gran inversión por parte del gobierno en infraestructura ferroviaria para poder hacer esto una realidad”.
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