Por Coldwell Banker Commercial México
Los últimos años han sido difíciles para el funcionamiento de cadenas productivas en diferentes industrias. La pandemia creó numerosas trabas en materia logística, que fueron agravadas por la guerra comercial entre China y EU y posteriormente por el conflicto entre Rusia y Ucrania. El panorama mundial es aún incierto, pero las dificultades han traído consigo nuevas oportunidades para México.
Por años, una de las principales características del desarrollo industrial fue la globalización de las cadenas de suministro. En busca de mejores precios de manufactura, las compañías abrieron sus cadenas productivas al mundo, importando componentes de distintos puntos. Sin embargo, la pandemia demostró la falta de resiliencia de este esquema de suministro en el momento en que los bloqueos de fronteras y las prohibiciones de movilidad crearon escasez tanto en productos como en mano de obra, especialmente en regiones manufactureras por excelencia como el sudeste asiático. “Por definición, una cadena de proveeduría resiliente tiene la habilidad de resistir el impacto de disrupciones voluntarias (como son las acciones gubernamentales) e involuntarias (como la pandemia) y de recuperarse fácilmente”, explica Felipe Sanmiguel, director regional senior y representante en Monterrey de Export Development Canada, en un artículo para Mexico Business News.
La pandemia también trajo consigo un cambio en el comportamiento del consumidor, por un lado, favoreciendo el crecimiento del comercio electrónico y por otro, desarrollando el esquema de home office como nunca antes. Ambos factores resultaron en un incremento en el consumo de electrónicos, lo que condujo a una creciente escasez de semiconductores que a su vez fue empeorada por la disrupción en manufactura y logística antes mencionada. Esto ha sido particularmente dura para industrias como la automotriz, que requieren de este tipo de componentes pero no son tan prioritarias para los fabricantes como lo es el sector de electrónicos.
Bajo estas condiciones, nuevas oportunidades han aparecido para México como destino de inversión y de desarrollo de proveeduría local y regional.
Como respuesta a las dificultades causadas por la dispersión de cadenas de proveeduría, la tendencia ahora apunta a una regionalización de las actividades, conocida como “nearshoring”. Para EU, uno de los mercados más importantes a nivel global, el aliado regional más importante en manufactura es México. Esto se ve reflejado en la reciente firma del nuevo T-MEC, con el que México, Canadá y EU buscan una mayor integración regional en sus cadenas productivas. “Hay tremendas oportunidades para países como México y Canadá de convertirse en ejes de un fuerte centro manufacturero en Norteamérica para reducir la dependencia en proveedores asiáticos y la incertidumbre en la proveeduría global”, añade Sanmiguel.
Las oportunidades en materia de nueva inversión se ven especialmente claras en el sector automotriz, donde las reglas del contenido regional se han vuelto aún más estrictas. Dada la fuerte necesidad de regionalización, más compañías están buscando trasladar sus operaciones a México para atacar al mercado americano, mientras que compañías regionales que tenían sus operaciones en Asia están contemplando traer todo de vuelta al continente.
La fabricación de semiconductores, en específico, parece una atractiva área de oportunidad para el país, sobre todo considerando que prácticamente el suministro global de este tipo de componentes viene de Asia, con un periodo de espera de más de 26 semanas a marzo de 2022. “La crisis de semiconductores es un problema estructural global”, resalta Manuel Montoya, presidente de la Red Nacional de Clústers de la Industria Automotrices.
Aunque para Montoya el rol de México debería ser más de soporte que de manufactura como tal, dada la tecnología e inversión necesaria para la operación de una planta de producción de semiconductores, existen ya iniciativas para crecer el rol de México en este sector. El 20 de abril de 2022, la Secretaría de Economía e Intel firmaron un acuerdo de colaboración para desarrollar una cadena de proveeduría de semiconductores en México. La meta de este proyecto es impulsar a las empresas mexicanas a participar en esta industria y a desarrollar el talento necesario para avanzar estas operaciones. De igual forma, Jesús Palomino, director general del centro de diseño de Intel en Guadalajara, destacó una inversión de US$8 millones en el país.
FUENTES:
https://mexicobusiness.news/automotive/news/complying-usmca-requires-supply-chain-integration
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